Cuanto más se resiste el colonizado, más brutal se vuelve. El Israel genocida está siguiendo los pasos de todos los demás asentamientos en su lecho de muerte.
Han pasado 207 días desde que comenzó el genocidio en Gaza. Murieron más de 34.200 civiles, entre ellos 14.500 niños y 10.000 mujeres. Más de 10.000 personas siguen enterradas bajo los escombros. Se han descubierto fosas comunes en hospitales del norte y el sur de Gaza.
En el momento de escribir este artículo, se acaban de descubrir cientos de cadáveres en una enorme fosa común en el Hospital Nasser de Khan Younis. Las madres todavía están tratando de identificar los cuerpos de sus hijos e hijas. Dos mil personas siguen desaparecidas.
El Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos ha identificado 140 fosas comunes y sin nombre en la Franja de Gaza. La barbarie de Israel no tiene precedentes. Algunos de los que murieron en las fosas comunes de los hospitales de Al Shifa y Nasser habían sido desnudados y enterrados con las manos atadas.
Según el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, un niño muere cada diez minutos de media en Gaza. Ghebreyesus pinta un panorama sombrío de la situación: «Ningún lugar ni nadie está a salvo».
Casi todos los habitantes de Gaza han sido desplazados, esperando el día en que regresarían a sus hogares, el primer paso hacia su regreso a las ciudades y pueblos de los que ellos y sus padres fueron objeto de limpieza étnica en 1948.
Hoy en día, no queda nada. La hermosa franja costera ya no es reconocible. Dos tercios de las casas fueron destruidas; carreteras, hospitales, escuelas, universidades, fábricas, tiendas, cementerios, bibliotecas, mezquitas, iglesias, restaurantes, estadios, granjas, pozos de agua, generadores de electricidad… Todo ha sido borrado.
Sin embargo, ¡esto no parece ser suficiente para el genocida Israel, los Estados Unidos de América y el Occidente colonial! Decidieron matar de hambre a la población de Gaza cerrando todos los cruces fronterizos y prohibiendo todo tipo de alimentos, agua potable y medicinas.
Incluso la UNRWA ha sido reprimida, a pesar de que una comisión independiente de la ONU dice que Israel no ha proporcionado pruebas de sus calumnias contra la agencia de ayuda, y por una razón: matar a más gazatíes.
La decisión de las principales potencias coloniales de recortar la financiación a la UNRWA llevó al Instituto Lemkin para la Prevención del Genocidio a hacer sonar la alarma y declarar: «[Esto] representa un cambio por parte de varios países, pasando de una posible complicidad en el genocidio a la participación directa en una hambruna inducida».
Por lo tanto, es una clara intención deshacerse de la población autóctona de Palestina.
En 1948, los líderes de las bandas sionistas cometieron el error de «no terminar el trabajo«, según el destacado historiador israelí de derecha Benny Morris, quien recientemente escribió un artículo de opinión para el New York Times en el que pedía la masacre (genocidio) de los palestinos en Rafah: «Es crucial para Israel conquistar Rafah». ¡Así son las cosas!
En su informe al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la Relatora Especial de la ONU sobre los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese, escribió:
«Hay motivos razonables para creer que se ha alcanzado el umbral para los siguientes actos de genocidio contra los palestinos en Gaza: asesinato de miembros del grupo; daños físicos o mentales graves a los miembros del grupo; Sometimiento deliberado del grupo a condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial. »
De hecho, el umbral del genocidio israelí contra los palestinos se alcanzó hace años. Aunque la reciente campaña en Gaza deja pocas dudas, el sionismo siempre ha llevado a cabo una campaña genocida contra el pueblo palestino. El palestino se ha convertido en el «otro» del próspero «yo» blanco asquenazí, cuya mera existencia requiere la aniquilación de los «inexistentes» nativos.
¿Y por qué el Occidente colonial decidió, a través de Israel, perpetrar estos horribles crímenes?
Tal vez se pueda encontrar una pista en el Orientalismo de Edward Said, que afirma que «el componente principal de la cultura europea es precisamente lo que ha hecho hegemónica [a la civilización occidental] tanto en Europa como fuera de Europa: la idea de la identidad europea como superior a la de todos los pueblos y culturas no europeos».
Compara la reacción del Occidente colonial a la crisis ucraniana con lo que está sucediendo en Gaza. Al final del día, los palestinos no son parte de «nosotros», mientras que los ucranianos son europeos blancos.
Por lo tanto, el apartheid israelí está cometiendo genocidio porque es un asentamiento. Pero, como argumentan algunos historiadores críticos (incluidos Ilan Pappe y Joseph Massad), los últimos años de todos los asentamientos estuvieron marcados por un salvajismo más prolongado por parte de los colonizadores, incluido el genocidio.
La constatación de que la pérdida de los privilegios de los colonos estaba cerca empujó a las fuerzas coloniales a utilizar los métodos más salvajes para derrotar la revuelta de las poblaciones indígenas. Es lo que ocurrió en Argelia, Sudáfrica, Zimbabue, Namibia y otros países anteriormente colonizados, donde las potencias colonizadoras perpetraron masacres incluso cuando el colonialismo estaba muriendo.
Cuanto más se resiste la población indígena colonizada, más brutal se vuelve el colonizador. La élite política fascista genocida de Israel no puede tolerar ninguna forma de resistencia por parte de los palestinos.
Hasta ahora, al menos 608 soldados israelíes han sido abatidos [solo en Gaza] por combatientes palestinos, lo que no tiene precedentes en la historia del «conflicto». Y los civiles palestinos se ven obligados a pagar las consecuencias.
Era la misma lógica en todos los asentamientos de colonos en su lecho de muerte. Pero la terrible pregunta sigue siendo: ¿cuánto tiempo durará el genocidio? ¿Y cuántos cadáveres más de niños, hombres y mujeres palestinos inocentes necesita ver la comunidad internacional para actuar?
Haize Gorriak 
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